Hay distintas maneras de proteger a otros. El dinero es solamente una de ellas.                                                                

En la antigüedad, a alguien rico se le llamaba simplemente rico. Ahora se le llama ‘exitoso’, y se le admira ciegamente sin preguntarse si para enriquecer ha destruido la vida de otros. Pareciera que la riqueza y el poder fueran lo más importante en nuestros tiempos. Por eso, los millonarios se han vuelto los líderes de hoy, los gurús de la felicidad.

El dinero es necesario para una buena vida, pero no es suficiente. Si una buena vida consiste en tener riquezas ¿por qué hay tantos ricos con vidas vacías e infelices? Vemos cómo algunos huyen de la realidad o incluso se quitan la vida. Si la riqueza y la fama nos aseguran tener una buena pareja, los ricos y los famosos tendrían relaciones perfectas, y vemos que no es así. Sabiendo esto, crees que es sensato dirigir nuestras vidas con la opinión de personajes a quienes les interesa principalmente su propia riqueza y fama? 

Nada hay de malo en la riqueza, pero ésta tiene sus propias trampas. A la riqueza la seducen constantemente la frivolidad, la arrogancia, el despotismo, la avaricia y sobre todo la codicia. La codicia es el deseo irreflexivo de poseer muchas riquezas o bienes. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente.

Cuando le damos más valor a la riqueza que a tener ‘una buena vida’, surge la codicia. La codicia es maldad pura, porque nos puede llevar a hacer cosas terribles para alcanzar cada vez más riquezas. La riqueza y el poder excesivos corrompen a casi todo aquel que los consigue, porque sus tentaciones superan a  su comprensión y a su fuerza interior.

Hay algo mucho mejor que ser pobre pero honrado, y es ser rico pero honrado. Los ricos y poderosos con buenas intenciones, pueden contribuir mucho más con sus acciones a mejorar las cosas, que el resto de la población. 

El problema no es la riqueza sino la codicia. Los antiguos explicaban que ‘la codicia es el esclavo del sabio, y el amo del tonto’. Aumentar tu riqueza a costa de tu tiempo libre es absurdo, porque tu tiempo se acabará. De qué te sirve tener algo que no disfrutas. Debe ser triste pasar la vida como un burro cargado de oro.

Si lo único que te interesa en la vida son riquezas, fama y poder al menos tienes que saber que éstas llegan y se van en cualquier momento. En cambio, el Conocimiento siembra valores que perduran generación tras generación. Y si ya eres rico pregúntate:  ¿Quién sería yo sin mis riquezas? ¿Qué le dejaré al mundo además de cosas materiales cuando me toque partir?

En mi opinión, ser rico es tener salud y aprender constantemente. Ser rico es disfrutar mi tiempo libre, es no ser esclavo de mi trabajo. Ser rico es generar suficientes ingresos para tener una buena vida y tener la capacidad de ayudar a otros, tener un corazón lo suficientemente generoso  que me permita compartir de buena gana, todo lo demás es exceso.

Cuando te ocupas de “Ser más” en vez de “Tener más”, cuanto más das más rico te vuelves. Para tener una buena vida, es necesario saber dominar nuestros deseos, elegir lo que es beneficioso y en una justa medida, pues como todo lo demás, el placer y la riqueza en exceso también nos hacen daño.

El dinero es solo un medio para tener una buena vida y apoyar a otros. Sin un corazón “rico”, la riqueza es un espantoso pordiosero. Así que, si quieres ser realmente rico no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.

La riqueza puede ser subjetiva. Si vives según la opinión de los demás nunca serás suficientemente rico, porque siempre habrá alguien más rico que tú. Aunque si vives según la Naturaleza nunca serás pobre.

La riqueza consiste más en disfrutar lo que se tiene, que en tener lo que se desea. Disfruta lo que tienes pues la verdadera riqueza, esa que no esclaviza, sólo puede vivir en un espíritu contento.

Ten siempre presente que hay cosas que están muy por encima de la riqueza, como la salud, la dignidad, la paz interior, la amistad y sobre todo, aprovechar bien el tiempo de nuestra vida. De nada sirven todas las riquezas que hayas acumulado el día que te vas de este mundo, solamente los justos se libran de la muerte pues son recordados desde tiempos inmemorables.

Para ser realmente rico es necesario tener una buena actitud, pues la queja atrae pobreza y la gratitud riqueza. El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado aunque sea dueño del mundo.

No es lo mismo tener una obsesión enfermiza por riqueza y poder que crear una vida de abundancia, disfrutando y apoyando a otros. La verdadera riqueza está en la cantidad de vidas que “toques”.

Podemos proteger a los nuestros usando la fuerza física, el dinero o el Conocimiento.